Core Value #8:
Busco relaciones a largo plazo
De chico, amaba ir al mar.
Aunque no surfeaba con tabla, mi papá me enseñó a surfear olas con mi propio cuerpo y podía pasar todo el día surfeando ola tras ola.
Ya más grande, cuando tenía 16 años mas o menos, tuve mi primer experiencia de buceo.
Esta actividad fue para mí una gran revelación.
Llevaba muchos años yendo al mar y disfrutando de sus olas pero jamás había estado en sus profundidades.
En esas inmersiones pude ver todo tipo de vida marina, a medida que me adentraba en las profundidades del océano, parecía que me iba adentrando a un mundo distinto, a un universo distinto, a una fiesta viva de seres con los que pocas veces tenemos contacto (salvo servidos en un plato lamentablemente) y del cual sabemos tan poco.
Estas dos vivencias (surfear y bucear), me ayudaron a entender, muchos años después, la diferencia entre un recorrido superficial y un adentramiento a las profundidades, en distintos ámbitos de la vida.
Por ejemplo, en las relaciones sociales, uno puede tener mucha gente conocida, con la cual comparte algunas risas de vez en cuando, se saluda cuando se ve, se pregunta cómo está, se habla del clima o de algún suceso puntual; y este proceso se puede repetir una y otra vez casi idéntico entre un conocido y otro sin llegar jamás a ir más lejos.
Pero todo cambia cuando se trata de amigos, con amigos uno va mucho más profundo, comparte no solo sonrisas amables sino carcajadas profundas, tristezas, silencios (que no son incómodos) y sabe mucho de ellos, los conoce, sabe cómo piensan y se puede poner en su lugar. Eso es profundo, es complejo, es único. Y mientras más profundo, suele ser más complejo y más único.
Lo mismo pasa con las relaciones amorosas. Uno puede navegar en aplicaciones como Tinder y tener citas con decenas personas. Pero elegir a una de esas personas y conocerla profundamente, saber qué le gusta y qué no, conocer su historia, su familia, sus amigos, sus sueños, sus vulnerabilidades, sus secretos, es algo muy distinto e infinitamente más enriquecedor.
Y no digo que surfear olas no sea divertido (de hecho, puede ser mucho más divertido que bucear). Lo que quiero decir es que bucear las profundidades del océano adquiere otra dimensión.
Y esto mismo sucede con nosotros mismos.
Podemos pasar toda la vida sin conectarnos con nuestros sueños, nuestros miedos, nuestras emociones y, sin embargo, sentirnos bien (por lo menos a nivel superficial).
Pero explorarnos a nosotros mismos es un viaje que da otra dimensión a nuestra experiencia de vida y un nuevo sentido a nuestra vida.
Es en esas profundidades que podemos experimentar las emociones y revelaciones más profundas, que podemos conectar con dimensiones que trascienden la materia y que nos elevan a un plano subconsciente, astral, espiritual, o como se le quiera llamar.
En este sentido, la forma en la que está dispuesta la web hoy en día es una invitación a la navegación superficial, de hecho, surfeamos la web como lo hacemos en el mar: Pasando de un contenido a otro sin profundizar demasiado, sin conocer demasiado.
Pero la posibilidad de profundizar está ahí y la decisión es nuestra.
Es en esta línea de pensamiento que trato de pensar mi negocio y el de mis clientes: Si bien pueden haber necesidades puntuales que cubrir en un momento dado, siempre intento crear relaciones y busco clientes que pueda acompañar a largo plazo, con los que pueda profundizar.
Es la manera de trabajo que considero óptima. Se pierde menos tiempo de presentación, introducción, explicación y se gana mucho en eficiencia.
A medida que conozco más a mis clientes puedo pensar en soluciones más específicas, eficientes y completas para sus negocios y acompañar su crecimiento más de cerca.
Por eso, busco establecer con mis clientes relaciones profundas y no quedarme solo con esta forma de trabajo que se genera en muchas plataformas de freelancers donde uno puede pasar de “trabajito” en “trabajito” sin jamás profundizar realmente en ninguno.
Claro que para construir una relación a largo plazo es necesario tener algunas cosas en común, compartir los mismos “códigos”, tener sueños y objetivos en común, y así poder acompañarse tanto desde el conocimiento como desde el corazón.
Si tienes un negocio consciente o proyecto con propósito que quieres llevar a cabo o que deseas mejorar y crees que compartimos los mismos valores, te invito a escribirme para ponernos en contacto.
Con tacto
Gracias por tomarte el tiempo de contactarme.
Por favor cuéntame sobre tu proyecto o negocio para saber cómo puedo ayudarte mejor.